Las planillas debían estar compuestas por diez integrantes, siendo uno el candidato principal. Dicho candidato tenía que escoger al resto de los componentes del partido. En mi salón escogieron a uno de mis amigos (que nunca brilló por la inteligencia, pero digamos que tenía don de gentes) y la maestra eligió al más aplicado del salón como competencia.
Para no hacer el cuento largo, cada uno fue nombrando a los miembros de su equipo, por azares del destino terminé en el partido de los nerds (digamos que mi cuate tenía otros tres amigos que escogió antes que a mi, o que al amigo inteligente se le terminaron los conocidos al hacer la segunda elección).
Siendo mi labor la comunicación, nos llevaban de calle. Ellos contrataron un sonido y mientras nos deleitaban con música durante el recreo del tipo de garibaldi o proyecto uno; a mi sólo se me ocurría hacer pancartas basadas en la revolución de mayo del 68.
Todo estaba bien mientras mis letreros decían: "Prohibido prohibir, Seamos realistas, pidamos lo imposible!". El candidato del partido decidió prohibirme hacer más carteles cuando llegué con este: "Colgaremos con las tripas del último burgués, al último burócrata"
1 comentario:
Te adelantaste simplemente.... ignorantes ellos, ¿de qué sirve el don de gentes si eran oligofrénicos?
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