domingo, 23 de noviembre de 2008

VISTO EN TLALPAN

Acá a unos pasos, una mujer ha decidido dejar de bañarse (la apoyo, la higiene está sobrevalorada), olvidarse de las banales modas, las inclemencias del tiempo, y como paracaidista vivir en las escaleras de un banamex.  Cualquiera que quiera entrar a la sucursal o usar el cajero debe esquivar montones de cajas, macetas, frascos y bolsas cuidadosamente acomodadas.
Lo que obtiene de las donaciones de conductores y transeúntes, lo gasta al final del día en el mercado de flores que está en contraesquina a su hogar.
Un día a falta de dinero, le ofrecí una manzana. No la aceptó, mientras sonreía mostrando sus tres dientes.
A ver si ahora Marcelo y sus camionetas del IASIS no la atrapan y la traen a valoración, porque luego quien cuidará del jardín que poco a poco invade el banco.

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Dejarse crecer el mostacho y la papada están resultando tareas más complicadas de lo que parecían. 

(Pero si me los quito, luego no me van a reconocer en las fotos)

MANUAL DE ETIQUETA PARA EL METRO

Se permite fajar, robar, codear, golpear, pisar, empujar, echar el tufo, pedorrear, blasfemar, leer el mensaje que está escribiendo el de junto, ignorar, comprar, comer, oir música, cantar, trabajar, vender, tomar, aplastar, mayugar, testerear, eructar, rezar, dormir, soñar, roncar, babear, abrazar, esculcar...
Lo único que no se permite es quedarse viendo a una persona, y menos a los ojos.

jueves, 20 de noviembre de 2008

COSTUMBRES

Primera vuelta, se oyen las voces, se prenden los focos.
Segundo intento, nuevamente se iluminan figurillas de aceite y bolsas de aire, la música persiste.
Tercer intento, "Por favor diosito,  prometo no mandraquearme y desayunar hasta que me den chance..." abro la marcha y presiono el acelerador a fondo.
Sólo queda esperar que Dios escuche la súplica de este hereje y no tenga que caminar al metrobus otra vez.

POSTALES DE CELAYA 5

Ya no se si fue leyenda urbana o me pasó. La cosa es que una vez me salió una cucaracha en la botella de un sprite. 
Lo que si me acuerdo es que una vez vi a un ratón nadando en el escusado.

domingo, 16 de noviembre de 2008

DOMINGOS EN FAMILIA

Todo empezaba a las ocho de la mañana, el constante tocar puertas para que nos bañáramos."Acuérdate que vas a misa, y te bañas o te peinas, ya sabes que Doña Esustolia te quita la gorra al entrar...". Siendo las 8 50 uno se levantaba de la cama, iba al baño a mirarse al espejo y tratar de resolver los almohadazos. Una rápida lavada de cara y ponerse una gorra eran todos las medidas de higiene que se realizaban. Transcurría la misa en el doble o triple del tiempo debido a la relatividad. Salíamos e íbamos a desayunar. Posteriormente comida en casa de la abuela, todos los primos, todos los tíos. Invariablemente había un flan sobre un carrito que sólo tenía ese propósito. Se realiza un guisado entre la mayporía de los presentes o se compran carnitas. Los señores se ponían a jugar dominó, las mujeres continental, los primos en la azotea o en la bodega jugando a ver quién se contagia de tétanos, deteniendo la lavadora caminante mientras alguien la monta, la prima grande fumando y tomando cerveza.

Ahora los domingos empiezan con una llamada a mi madre sobre mi paradero y para decirle que perdí las llaves, que las deje en una maceta. El alimento consiste en lo que se pueda comprar preparado en el súper, o pedido por teléfono. Comida con dos de mis primas y mi tía, pleitos por cuestiones que a veces no logro entender, vemos la corrida de toros. Me quedo dormido mientras juegan cartas o con el wii. Me salgo temprano so pretexto de que me tengo que ir al DF.

El domingo de hoy fue abismalmente diferente, con un nuevo integrante, plática insulsa y educada, repitiendo anécdotas que todos conocemos al cansancio. Sin pleitos. Comida de tres tiempos. Después de tanto cambio y haber tomado dos miligramos de lorazepam sólo quedó tomar una siesta y quedarme con la intriga de qué se hizo en la sobremesa.

COSAS GRANDES

Mis padres, siempre preocupados por su precaria economìa, y siguiendo el ejemplo de los abuelos, compraban los artículos de sus hijos en varias tallas más grandes.
Por citar algún ejemplo los zapatos, más de un vez me caí de la escalera con los recién estrenados zapatos de la escuela (comprados en la Canadá del centro).
El arremangar el pantalón, so pretexto de que así se usa (por lo menos en los 80s).
En mi caso, la bicicleta que tenía que subirme a un escalón para poder abordarla, lo doloroso que era al frenar de emergencia y tener que bajar las dos piernas para detenerla. La única ventaja de la Bennotto aquella era su ligereza, que comprobé las numerosas ocasiones que me cayó encima.

VACACIONES

No es grosería ni mucho menos, pero por la cuestión laboral uno conoce a muchas personas diario y hasta te cuentan sus inquietudes. Por lo que los fines de semana prefiero que no me presenten gente.

sábado, 15 de noviembre de 2008

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Ninguna sensación tan refrescante como quitarte los calcetines después de tres días ininterrumpidos de uso...

jueves, 13 de noviembre de 2008

ESAS COSTUMBRES DEL PUEBLO

Para todos aquellos que quieran distinguir a un pueblerino, recomiendo los siguientes ítems.

- Se persignan cuando pasan frente a las iglesias.

- Sirven la sopa, arroz y guisado en el mismo plato (y lo comen con cuchara generalmente).

- En sus bodas hay carnitas y tortillas azules. (Las tortillas frías sirven para espantar las moscas).

- Van en el fin de semana a la plaza central, en familia. (Los modernos van al centro comercial, eso si, sin comprar nada).

- Le dejan la banqueta a las mujeres (No vayan a pensar que las andan vendiendo).

- Su puerta siempre está abierta, con una bolsa de agua colgada en el marco, por aquello de las moscas.

martes, 11 de noviembre de 2008

MALAS COMPRAS

Haber tenido cuatro chevys, en todas las versiones imaginables, y después de padecer el último por 4 años me pareció buena idea cambiarlo. Intenté por todos los medios posibles, nadie lo quería comprar, no fui sujeto a crédito. Y en eso llegó mi prima con su lachón que se manejaba bien, ofreciéndolo a un precio módico. Me subí y el simple hecho de que las puertas no se doblaran a la menor intención y la presencia de múltiples portavasos me convencieron (detener un vaso desechable con café entre los muslos mientras se mete el clutch y se pasa un tope puede ocasionar serias quemaduras testiculares). 
Hasta ahí todo fue bueno queridos dos lectores, porque al poco tiempo empezó con sintomatología tan florida y de complicados orígenes, que si fuera caballo hubiera ocasionado su sacrificio.
Hoy está en el taller, después de reprobar una simple verificación. Sólo queda esperar, y ver quién compra un muy amplio coche con varios portavasos, barato! 

viernes, 7 de noviembre de 2008

PASANDO EL TIEMPO

Aquí nomás mudando de piel, la que se cae la guardo para cuando me raspe

miércoles, 5 de noviembre de 2008

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De dos cosas estoy convencido, que es fácil rimar con infinitivos y que no soy un virtuoso de la armónica.