jueves, 20 de noviembre de 2008

COSTUMBRES

Primera vuelta, se oyen las voces, se prenden los focos.
Segundo intento, nuevamente se iluminan figurillas de aceite y bolsas de aire, la música persiste.
Tercer intento, "Por favor diosito,  prometo no mandraquearme y desayunar hasta que me den chance..." abro la marcha y presiono el acelerador a fondo.
Sólo queda esperar que Dios escuche la súplica de este hereje y no tenga que caminar al metrobus otra vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Usa una bicicleta, a ver si tienes pedos para arrancarla