Segundo intento, nuevamente se iluminan figurillas de aceite y bolsas de aire, la música persiste.
Tercer intento, "Por favor diosito, prometo no mandraquearme y desayunar hasta que me den chance..." abro la marcha y presiono el acelerador a fondo.
Sólo queda esperar que Dios escuche la súplica de este hereje y no tenga que caminar al metrobus otra vez.
1 comentario:
Usa una bicicleta, a ver si tienes pedos para arrancarla
Publicar un comentario