domingo, 16 de noviembre de 2008

DOMINGOS EN FAMILIA

Todo empezaba a las ocho de la mañana, el constante tocar puertas para que nos bañáramos."Acuérdate que vas a misa, y te bañas o te peinas, ya sabes que Doña Esustolia te quita la gorra al entrar...". Siendo las 8 50 uno se levantaba de la cama, iba al baño a mirarse al espejo y tratar de resolver los almohadazos. Una rápida lavada de cara y ponerse una gorra eran todos las medidas de higiene que se realizaban. Transcurría la misa en el doble o triple del tiempo debido a la relatividad. Salíamos e íbamos a desayunar. Posteriormente comida en casa de la abuela, todos los primos, todos los tíos. Invariablemente había un flan sobre un carrito que sólo tenía ese propósito. Se realiza un guisado entre la mayporía de los presentes o se compran carnitas. Los señores se ponían a jugar dominó, las mujeres continental, los primos en la azotea o en la bodega jugando a ver quién se contagia de tétanos, deteniendo la lavadora caminante mientras alguien la monta, la prima grande fumando y tomando cerveza.

Ahora los domingos empiezan con una llamada a mi madre sobre mi paradero y para decirle que perdí las llaves, que las deje en una maceta. El alimento consiste en lo que se pueda comprar preparado en el súper, o pedido por teléfono. Comida con dos de mis primas y mi tía, pleitos por cuestiones que a veces no logro entender, vemos la corrida de toros. Me quedo dormido mientras juegan cartas o con el wii. Me salgo temprano so pretexto de que me tengo que ir al DF.

El domingo de hoy fue abismalmente diferente, con un nuevo integrante, plática insulsa y educada, repitiendo anécdotas que todos conocemos al cansancio. Sin pleitos. Comida de tres tiempos. Después de tanto cambio y haber tomado dos miligramos de lorazepam sólo quedó tomar una siesta y quedarme con la intriga de qué se hizo en la sobremesa.

No hay comentarios: