jueves, 7 de mayo de 2009

XV AÑOS

La impresión de los meseros con luces de bengala, la intoxicación por el hielo seco, las burbujas que salieron en el vals, fueron tolerables. Pero que el pastel tuviera una fuente con agua que corría fue demasiado. Sólo le di un codazo a la compañera de mesa y se la hice notar, a lo que ella contestó:
- Mi pastel también va a tener fuente.
- Si yo nada más te decía porque se ve bien padre...

2 comentarios:

El propio Tomás dijo...

Uau, con fuente.

Unknown dijo...

Es que cada cabeza es un mundo, pero hay de cabezas a cabezas...