viernes, 14 de agosto de 2009

REGRESO A LA ESCUELA

Nunca me costó trabajo quedarme en la primaria, las maestras o directora no tuvieron que llamar a mi madre por ningún motivo a pesar de mi corta edad. Cuando salía al recreo, mientras jugaba con mis amigos, a lo lejos oía la risa de mi mamá.
Esto me llenaba de alegría, pero el día que se lo compartí a ella no pareció darle la menor gracia. Y es que junto a la escuela había una granja donde criaban guajolotes.

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