domingo, 15 de junio de 2008

MEMORIAS AL AZAR

Cuando te dije que todas las compañeras de la Facultad se parecían, se tornó colorada tu cara, los párpados se abrieron dejando ver la esclera en todo su esplendor, dejando salir los globos unos milímetros. Tu boca se comprimió, exprimiendo toda su sangre. Si no hubieras traído pintura juraría que te pusiste pálida. Dos segundos después todo volvió a su lugar, tus músculos se relajaron, los puños se liberaron. La boca se transformó en una mueca de maldad, que en ese momento supuse era una sonrisa, para después abrirse y decir las palabras más hirientes:
- Pues todos ustedes se parecen a Moroco Topo.

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