martes, 23 de septiembre de 2008

MEMORIAS AL AZAR 2

Antes cuando me hacía el dormido para no comer, me cargabas del coche a mi cuarto. A veces abría los ojos y veía a mi mamá caminar unos pasos atrás. Ya nada más sonreía y le guiñaba un ojo, mientras seguía siendo peso muerto para ti. El sueño fingido muchas veces se volvía real, para despertar y encontrarme un licuado de cuantas cosas pudo poner Mary en él.
Ahora cuando me hago el dormido en el coche ya sólo oigo música de cláxones y el ocasional golpear del tránsito en la ventana.

No hay comentarios: